Atropellar una mascota o cualquier tipo de animal en Nueva York, Estados Unidos, actualmente no representa sanciones severas para los responsables. Desde hace un tiempo, la situación genera rechazo entre los habitantes y, en función de ello, se presentó un nuevo proyecto de ley estatal que busca aumentar las penas para los conductores que protagonicen este tipo de incidentes.
Tan solo en la ciudad de Nueva York viven alrededor de 1,1 millones de perros y gatos domésticos, según expresa la presentación oficial de la propuesta normativa. Bajo la legislación actual, si un conductor atropella y mata a alguna de estas mascotas debe afrontar únicamente una multa equivalente a un giro en U ilegal.
El proyecto de ley S9915/A10660 de “Protección de los Animales que Caminan por la Calle” (PAWS, por sus siglas en inglés), busca incrementar estas penalizaciones para protegerlos, ya que en muchas ocasiones incluso representan un elemento vital para la vida de personas con discapacidades, como los perros guía o animales de servicio.
“La multa por atropellar a un perro lazarillo y darse a la fuga puede ser de tan solo 50 dólares por la primera infracción, una cantidad que envía un mensaje a las personas con discapacidades de que los animales de los que dependen todos los días no valen más que una multa de estacionamiento para el estado de Nueva York”, planteó el senador estatal Andrew Gounardes, copatrocinador del proyecto.
La iniciativa añade una nueva categoría de “animales de compañía” al “estatuto de cuidado debido” de la ley de tránsito vehicular, donde ya se encuentran contemplados los peatones, ciclistas, ovejas, ganado vacuno y cabras. “Si un conductor no lo hace y causa lesiones físicas, puede incurrir en una multa de hasta US$500 o prisión de hasta 15 días, la misma pena que ya se impone a los peatones y ciclistas”, señala el documento.
Así, el proyecto establece el aumento de las penas para los conductores cuando la mascota resulta herida o fallece en un accidente automovilístico en Nueva York. En caso de aprobarse y promulgarse, las multas por atropellar a uno de esos seres vivos y huir del lugar sin informar del incidente pasarían a ser de entre US$200 y US$500 en caso de una primera infracción y de US$200 a US$750 en posteriores.
Además, se impone una estructura de tarifas más alta para un atropello y fuga de un perro de servicio, que pasaría a ser de entre US$250 y US$550 para una primera sanción, y de US$350 a US$700 para las siguientes.
“Estas tarifas más altas actuarían como un elemento disuasorio contra la conducción imprudente y garantizarían que los animales puedan circular de forma segura por nuestras calles”, señala el documento oficial, que agrega: “Proteger a los animales de la conducción imprudente es una prioridad para muchos neoyorquinos”.
LA NACION