Como todos los años, Máxima de Holanda festejó su cumpleaños de manera muy íntima. El viernes 17, sopló las velitas con motivo de su 53° aniversario en la intimidad del palacio de Huis ten Bosch, rodeada por su marido, el rey Guillermo Alejandro, y sus hijas, la princesa heredera Amalia y la princesa Alexia. Ariane, la menor, esta vez no pudo ser de la partida, ya que está estudiando en un internado italiano.
Más allá de esta celebración “puertas adentro”, Su Majestad tuvo dos festejos previos muy especiales. El jueves 16 dijo presente en la ceremonia de los premios Guillermo I, que preside desde hace varios años, donde fue recibida con aplausos y buenos deseos. Y el fin de semana anterior, estuvo de visita en Argentina por apenas dos días para abrazarse con los suyos. Se fue directo a Villa La Angostura, donde se la vio comiendo en Tinto Bistró, el restaurante de su hermano Martín.
El lunes 20, Máxima siguió con su agenda y aterrizó en Filipinas, país al que viajó en su rol de asesora especial de la ONU. Durante el viaje, que termina hoy, se está interiorizando de primera mano sobre la realidad financiera de diferentes sectores con el fin de promover la inclusión financiera.
LA NACION