EE.UU. La muerte del papa Francisco generó impacto en el mundo entero. Y uno de los mensajes más esperados por todos los argentinos era el de Lionel Messi. Considerado uno de los mejores futbolistas de toda la historia, el astro rosarino aprovechó sus redes sociales para dejar unas sentidas palabras a su compatriota, a quien conoció durante una visita de la selección argentina al Vaticano en 2013.
A través de su cuenta de Instagram, Messi publicó una foto junto al Sumo Pontífice y escribió: “Un Papa distinto, cercano, argentino… QEPD Papa Francisco. Gracias por hacer del mundo un lugar mejor. Te vamos a extrañar”.
El mensaje estuvo acompañado de una imagen del día en el que el rosarino visitó a Francisco el 13 de agosto de 2013, en el marco de un encuentro amistoso entre las selecciones de Argentina e Italia. Messi fue el delegado del combinado nacional albiceleste, mientras que para la Azzurra fue el histórico arquero Gianluigi Buffon.
El encuentro tuvo lugar en la Sala Clementina del Vaticano, donde ambas delegaciones ofrecieron al Papa una serie de regalos representativos de sus países y del mundo del fútbol. Entre los obsequios entregados por la delegación albiceleste destacaron una bandeja de plata, un retrato del futbolista René Pontoni —ídolo del joven Jorge Mario Bergoglio—, una camiseta firmada por todos los jugadores y un banderín oficial de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Por su parte, el Pontífice entregó a los argentinos un árbol de olivo, símbolo de paz y unidad, que Messi recibió en nombre de su equipo. Este gesto subrayó el mensaje de fraternidad que el Papa buscaba transmitir.
Durante el acto, el Papa Francisco dirigió unas palabras a los jugadores y cuerpos técnicos de ambas selecciones, destacando la importancia de los valores en el deporte. El Pontífice instó a los futbolistas a ser ejemplos de “lealtad, respeto, altruismo y solidaridad”, enfatizando su papel como modelos a seguir, especialmente para los jóvenes. “Son artífices del entendimiento y de la paz social; un modelo para el bien o para el mal”, afirmó el Papa, subrayando la responsabilidad que conlleva su influencia en la sociedad.
En un tono más distendido, Francisco hizo una comparación entre las delegaciones italiana y argentina, señalando con humor las diferencias culturales que percibía entre ambas. “Vieron que unos fueron obedientes y ordenados —los italianos— y otros desordenados y desprolijos —los argentinos—. Bueno, yo soy uno de ellos; ahora saben de dónde vengo”, expresó en ese entonces el Papa, arrancando sonrisas entre los presentes. Estas palabras, cargadas de orgullo por sus raíces, emocionaron profundamente a Messi, quien no pudo contener las lágrimas al final del acto.