viernes, 20 septiembre, 2024
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Acompañado por Grabois, el Papa dedicó un dardo al Gobierno: «Los más ricos no aceptan la justicia social»

El Papa Francisco no tenía programado asistir y anunció que “enviaría un mensaje” al simposio para recordar los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares en el Vaticano, realizado en 2014. Sin embargo, justo cuando estaba hablando el sindicalista argentino Alejandro Gramajo, apareció por sorpresa y habló, especialmente criticando al gobierno argentino. En su tramo más fuerte, deploró la represión durante la protesta de los jubilados de la semana pasada y el uso de gas pimienta por parte de las fuerzas federales.

El simposio se realizó en el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, que está fuera del Vaticano, en un gran edificio en el barrio tradicional del Trastevere. Francisco consultaba su discurso que leyó a medias. Improvisó muchas veces, alargó su intervención a más de una hora y habló en términos críticos de los conflictos sociales en Argentina.

Dijo que le habían mostrado la represión con el uso del gas pimienta en la última protesta contra el veto a la movilidad jubilatoria. Criticó que el gobierno en lugar de pagar la justicia social, “pagó el gas pimienta”.

Tras recordar el primer encuentro de 2014, en el que por su iniciativa se lanzó la defensa a través de los movimientos de las tres “T” (Tierra, Techo, Trabajo), ,dijo que defender a los excluidos es “Evangelio Puro”; “no el el Papa, es Jesús”.

Acudió a una de las varias anécdotas argentinas a las que acudió. Recordó lo que decía le decía su abuela cuando era adolescente. “El diablo entra por el bolsillo”. “Muchas veces los más ricos no aceptan la justicia social o la ecología integral por avaricia y la disfrazan de ideología. Empujan a los gobiernos para que los favorezcan, aunque sean malas política.”

Papa Francisco y Juan Grabois a 10 años del Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Foto: Víctor SokolowiczPapa Francisco y Juan Grabois a 10 años del Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Foto: Víctor Sokolowicz

Aclaró que los empresarios crean puestos de trabajo y contribuyen a la prosperidad económica. Pero recordó que en su reciente viaje por cuatro países de Asia y Oceanía, en su etapa final en la ciudad-estado de Singapur, cuarto país más rico del mundo, con una selva de rascacielos que impresionaron al pontífice, vio como “la prosperidad no está bien repartida” y puede originar peligros.

“Si no hay buena políticas equitativas que afiancen la justicia social para que todos tengan Tierra, Techo y Trabajo, salarios justos y derechos sociales, la lógica del desastre se va a extender dejando a su paso violencia y desolación”.

En el simposio de este viernes hablaron algunos de los protagonistas de los movimientos populares. Entre ellos el dirigente argentino Juan Grabois que prácticamente concluyó el encuentro en una intervención en la que anunció que los más ancianos dirigentes, entre ellos él mismo, se retiraban a un segundo plano para dar paso a nuevos dirigentes, más jóvenes.

El Papa utilizó además en su larga intervención, términos típicos argentinos. Dijo que hay que luchar por levantar a los demás, no “dejarlos tirados”. “Hay mucha gente que perdió la casa, pide que le den algo para ir adelante, se quedó sin trabajo, no ha podido ir adelante. Miremos, ayudemos a los tirados”, indicó.

Francisco señaló que el colonialismo ideológico va siempre unido al colonialismo material, en perjuicio de los pueblos. “Pienso en algunas experiencias del país, donde se llama litio al colonialismo y explota a tanta gente”.

El Papa sintetizó la perspectiva. Dijo que Tierra, Trabajo “son derechos sagrados”.

Juan Grabois en el Simposio por los 10 años del Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares con el Papa Francisco. Foto: Víctor SokolowiczJuan Grabois en el Simposio por los 10 años del Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares con el Papa Francisco. Foto: Víctor Sokolowicz

Y dedicó un largo elogio a las organizaciones sociales, todas cercanas a Grabois: “Ustedes no aceptaron ser víctimas dóciles. Esta es la parte más linda, no se achican, van al frente. La inequidad es la raíz de los males sociales. Que nadie les robe esa esperanza, ni les quite esa convicción. Que nadie apague esos sueños. La misión de ustedes es trascendente. Si el pueblo pobre no se resigna, se organiza, persevera en la construcción comunitaria cotidiana y a la vez lucha contra las estructuras de injusticia social, más tarde o más temprano las cosas cambiarán para bien”.

Vaticano, Corresponsal

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