El café es mucho más que una simple bebida: para muchos representa el primer impulso para enfrentar el día con energía. No obstante, consumirlo inmediatamente después de despertarse puede acarrear consecuencias inesperadas para la salud. Este hábito tan arraigado, a pesar de su popularidad por los efectos revitalizantes de la cafeína, puede perturbar el equilibrio hormonal justo en un momento crítico del día.
Específicamente durante la primera hora después de despertar, el cuerpo atraviesa un aumento natural de cortisol, conocida como la hormona del estrés. El consumo de cafeína puede exacerbar este aumento, y desencadenar una mayor respuesta al estrés y provocar desequilibrios hormonales que impactan desde la digestión hasta los niveles de energía. Investigaciones destacadas en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism evidencian cómo la cafeína puede interferir con este proceso natural, lo que desestabiliza el sistema hormonal.
Para suavizar estos efectos, expertos nutricionistas recomiendan retrasar la primera taza de café al menos 90 minutos después de levantarse. Este periodo de espera permite que los niveles de cortisol se estabilicen naturalmente, y prepara mejor al organismo para el día que comienza. Con este consejo, se puede moderar los impactos negativos y mantener un equilibrio hormonal óptimo.
Asimismo, existen otros factores relacionados con el consumo de café que podrían interesar a quienes buscan mejorar su bienestar. Además de influir en el equilibrio hormonal y la digestión, es crucial considerar cómo el café interactúa con otros aspectos de la salud. Por ejemplo, la acidez del café puede erosionar el esmalte dental, especialmente con un consumo frecuente, por lo que se recomienda esperar al menos 30 minutos para cepillarse los dientes después de beber café y así evitar daños al esmalte.
Además, la cafeína puede interferir con la absorción de minerales esenciales como el hierro y el calcio, por lo que es importante considerar el momento de su consumo en relación con las comidas para no afectar negativamente la asimilación de estos nutrientes vitales.
Por otro lado, consumir café demasiado cerca de la hora de dormir puede perturbar la calidad del sueño y alterar los patrones de descanso. Por esto, es aconsejable limitar la ingesta de cafeína por la tarde para fomentar un sueño más reparador.
También, para quienes realizan actividad física por la mañana, el café puede tener efectos adversos. Aunque puede reducir la percepción del esfuerzo durante entrenamientos intensos, también es posible que aumente la ansiedad y provoque problemas gastrointestinales debido a su efecto estimulante en el sistema digestivo. Un estudio resalta que el café puede causar molestias digestivas que deberían tenerse en cuenta.
Los nutricionistas enfatizan la importancia de preparar el cuerpo antes de consumir café para maximizar sus beneficios y minimizar sus posibles efectos negativos.
LA NACION