México eligió a la sucesora del actual presidente Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de este domingo: se trata de Claudia Sheinbaum, que será la primera presidenta mujer en 200 años de historia de ese país. La científica, de 61 años, se autodefine como humanista, feminista, de izquierda, demócrata y promueve la lucha contra el cambio climático y la defensa de las energías renovables.
De acuerdo con los resultados del conteo rápido que compartió el Instituto Nacional Electoral (INE), la candidata de Morena tiene entre el 58,3% y el 60,7% de los votos. Con una larga trayectoria en la política mexicana desde su militancia durante su juventud en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y hasta su jefatura de Gobierno en la Ciudad de México (CDMX), la futura mandataria dejó siempre en claro su extracción ideológica.
“Vamos a ampliar el acceso a los derechos del pueblo de México; a la educación, la salud, la vivienda, la cultura, vamos a seguir construyendo un verdadero Estado de Bienestar”, prometió Sheinbaum en su discurso de la victoria de este domingo, según el medio local El Sol de México. En una entrevista con la agencia Associated Press el año pasado, la futura presidenta ratificó su posición de izquierda y definió que esta ideología tiene que ver con “con garantizar los mínimos derechos a todos los habitantes”.
En ese sentido, y en un contexto de crecimiento de las expresiones de derecha en el mundo, Sheinbaum se ha cansado de criticar las políticas económicas del neoliberalismo, a las que ha adjudicado en reiteradas oportunidades los millones de personas que ingresaron a la pobreza en las últimas décadas. Así, prometió un Estado de Bienestar en lo que será su gestión.
La exjefa de Gobierno de la CDMX, entre 2018 y 2023, pertenece al partido político Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fundado por el actual mandatario AMLO. Un espacio que ha sido definido por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM como un movimiento social de izquierda nacionalista y por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) como un partido de centroizquierda enfocado en ejes organizativos de acción como la democratización, la igualdad y el nacionalismo.
En su discurso del triunfo, Sheinbaum también se autodenominó como demócrata y prometió garantizar las libertades de expresión, de prensa, de reunión, de concentración y de movilización, según el diario Jornada, y aseguró: “Por convicción, nunca haríamos un gobierno autoritario ni represor. Respetaremos también la libertad política, social, cultural y religiosa; la diversidad de género y sexual”.
También anticipó que lo que siempre primará es “el interés supremo del pueblo de México y de la nación”. En esa línea, adelantó que en su gobierno no habrá aumentos reales en los combustibles y la electricidad. Sin embargo, de un corte menos confrontativo que AMLO y una mentalidad más centrada en los datos, Sheinbaum planteó como bases de su futura gestión la “austeridad republicana, disciplina financiera y fiscal, y con autonomía del Banco de México”.
Humanismo mexicano, feminismo y ambientalismo: las bases de Sheinbaum
La futura jefa de Estado se enmarca dentro de lo que el propio AMLO denominó anteriormente como “humanismo mexicano”, una corriente a la que la científica buscará darle continuidad y que, en palabras del fundador de Morena, “prioriza el desarrollo sustentable en ejes de atención como la salud, la seguridad, el medio ambiente, la educación, la reactivación económica, la distribución de la riqueza y atender de manera prioritaria a la población más pobre”, indica El Economista.
Desde que ingresó a la escena pública, Sheinbaum ha profesado el feminismo, algo en lo que ha sido consecuente hasta ahora. “No llego sola, llegamos todas con nuestras heroínas que nos dieron patria y con nuestras ancestras”, sostuvo durante su discurso triunfal este domingo, aunque durante toda la campaña evitó dar declaraciones contundentes respecto a la legalización del aborto en México.
También manifiesta un fuerte compromiso con la defensa de la comunidad LGBTIQ+. En su gestión en la Ciudad de México lanzó varias políticas en favor de los derechos igualitarios, y en 2022 celebró la aprobación del matrimonio igualitario en Guerrero y Tamaulipas.
Además, la científica es una acérrima luchadora contra el cambio climático. Especialista en Ingeniería Energética, la futura presidenta buscará promover la transición a energías renovables. Según el portal Excelsior, entre sus propuestas de campaña se encontraban el avance hacia energías limpias, programas de reforestación, adquisición de vehículos eléctricos, promoción de paneles solares y electrificación del transporte público.
Otras de sus propuestas evidencian la matriz ideológica en la que se inscribe Sheinbaum: como la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres, el incremento anual del salario mínimo, la extensión de programas sociales y becas universales para niños de escuelas públicas, el reconocimiento a los pueblos originarios como sujetos de derecho, mejora de salarios docentes, nuevos programas de prevención y atención para mujeres embarazadas y tratamiento de feminicidios y programas de apoyo, entre otras.
LA NACION