Una familia colombiana que decidió abandonar la ciudad de Nueva York para encontrar un lugar en el que establecerse con mayor comodidad, reformó un autobús escolar y lleva más de un año y medio recorriendo Estados Unidos.
Día a día, miles de migrantes llegan a la frontera del país norteamericano buscando establecerse en alguna ciudad que los reciba, con el objetivo principal de mejorar su calidad de vida ante las oportunidades que se presentan allí. En una situación similar, pero aún más particular, se encuentra una familia de ciudadanos colombianos, compuesta por Germán Bohórquez, su esposa Claudia y sus dos hijos, Lucas y Salomé.
Viviendo con un estilo de vida singular, utilizando lo esencial mientras conocen distintas ciudades a lo largo del territorio estadounidense, la familia busca el mejor lugar para establecerse. “El proyecto inicialmente era viajar como pareja, pero con la llegada de nuestros hijos, se convirtió en una experiencia familiar”, explicó Germán en diálogo con Univision.
El autobús lleva siempre en el frente una motocicleta, con la que recorren en detalle cada ciudad a la que llegan, y en el interior cuenta con una cocina, una heladera, camas, y un baño, además de los paneles solares que los proveen de electricidad. Con treinta estados visitados desde el inicio de su viaje, la familia logra sostenerse gracias al trabajo en línea de Germán y el alquiler de su casa en Nueva York, y aún se mantienen con un objetivo claro: encontrar una ciudad con un clima agradable y un entorno que les guste.
Aunque el trabajo en línea del padre de familia es una gran ventaja para obtener ingresos mientras se mantienen viajando, la principal dificultad que encontró la familia ocurrió en la educación de sus hijos, que no pueden asistir a clases debido al proyecto y se encuentran en una etapa clave de aprendizaje.
Al respecto, en la entrevista con el medio anteriormente mencionado, Germán explicó que se desempeña como profesor de sus hijos, luego de obtener un permiso del distrito escolar de Nueva York. “Mi papá es nuestro profesor. Estudiamos en la mesa del autobús o afuera, viendo videos”, comentó Salomé.
Cada tres meses, el padre envía un reporte a las autoridades escolares sobre el progreso de sus hijos, por lo que la educación, parte fundamental del desarrollo, es supervisada por profesionales.
EL TIEMPO (GDA)