viernes, 20 septiembre, 2024
InicioEspectáculosEntre el terror cotidiano y los llamados del más allá: Ciudad Oculta,...

Entre el terror cotidiano y los llamados del más allá: Ciudad Oculta, un film fantástico con crítica social

TN Show conversó con el cineasta Fran Bouzas sobre esta película que visibiliza los peligros que corren los jóvenes en la Villa 15. Después de su exitoso paso por festivales internacionales, hoy se estrena en el Gaumont y espacios INCAA.

Andrés Petruccelli

César Languidey protagoniza

César Languidey protagoniza «Ciudad Oculta», una película que mezcla el realismo con el cine fantástico. (Foto: Prensa Ciudad Oculta)

La vida y la muerte son dos caras de la misma moneda en Ciudad Oculta, el nuevo berretín del cineasta Fran Bouzas como cabeza de un proceso colectivo. El film retrata a veinteañeros que se acostumbraron a despedir a víctimas de gatillo fácil o de tiroteos entre narcos. Sin embargo, no hay ningún adiós definitivo, ya que los protagonistas reciben mensajes de los amigos que partieron y van en busca de su encuentro.

Con el equipo técnico y el elenco conformado por personas que viven en la villa del título, esta mezcla de cine fantástico y realismo latinoamericano construye un universo propio. Nada parece impostado ni forzado. Los elementos sobrenaturales conviven con la denuncia social y representan miedos auténticos -no es casual que el umbral que conduce al inframundo esté ubicado dentro de una comisaría-.

Leé también: ¿El fin del cine argentino? Así impactan el recorte a los fondos al INCAA y la posible venta del Gaumont

La historia se centra en Jonás (César Languidey), quien tiene visiones en las que su amigo Iki (el futbolista Ezequiel Dosantos) le pide que descienda a la ciudad de los muertos a terminar con un asunto pendiente. Mientras vemos su travesía, también conocemos el día a día en la Oculta: la inestabilidad laboral, la lucha de las madres solteras, los aprietes a los inmigrantes, las fiestas religiosas y la falta del mango.

Iki y Jonás, los protagonistas de la historia central de

Iki y Jonás, los protagonistas de la historia central de «Ciudad Oculta». (Foto: Prensa Ciudad Oculta)

En esta liturgia que construye Bouzas, como ya había sucedido en sus realizaciones anterioreslos documentales Los locos no se ocultan y La cuarta dimensión-, hay un componente clave: la murga. Lo que mantiene entusiastas a los personajes es tener el carnaval como horizonte. “La receta contra el bajón, bombo y platillo hasta el cajón”, dice la canción que funciona como leitmotiv y síntesis del relato.

Los murgueros que se encuentran del otro lado con sus trajes y las caras pintarrajeadas aportan poesía al metraje. Así, dantesca y fantasmal, Ciudad Oculta se vuelve un refugio para las almas en pena que todavía se aferran al ritmo que los hacía sentirse vivos en la superficie; un arte popular que ha sido un símbolo de resistencia y lucha desde hace siglos.

Después de un auspicioso paso por la 10° Semana de la Crítica de Berlín y el Fantaspoa -el festival de cine fantástico más importante de Latinoamérica-, Ciudad Oculta se estrena hoy en el Gaumont y en espacios INCAA se pueden chequear las salas en el Instagram del film-.

Darle visibilidad a los pibes de la Oculta

El director Fran Bouzas tuvo una suerte de epifanía cuando entró a Los locos no se ocultan, una de las murgas porteñas más emblemáticas del sur de la Ciudad de Buenos Aires. Como parte de la comparsa se involucró en situaciones que desconocía y que se transformaron en las mayores musas de su carrera. No solo registró momentos bisagra de la agrupación, sino que también empuja muchos proyectos para incluir a las personas del barrio.

La historia de la película viene ligada a un montón de anécdotas y cosas con las que me fui encontrando cuando arrancamos con la murga. Algo en particular y terrible fue la muerte de un pibe de 20 años que venía a los ensayos. Nosotros ya hacíamos cortos y documentales con el grupo, pero a partir de ahí surgió la necesidad de exponer los riesgos a los que están sujetos estos jóvenes”, explica Bouzas en diálogo con TN Show.

Fran Bouzas, director de

Fran Bouzas, director de «Ciudad Oculta». (Foto: Prensa Ciudad Oculta)

Haber pateado las calles de la villa le ayudó a representar fielmente las jergas del gueto y sus costumbres. “A los pibes muchas veces se los retrata desde la marginalidad y la delincuencia, pero esa no era la idea para mí. Lo que yo me encontraba en la villa era gente hablando y compartiendo opiniones”, sostiene el cineasta.

Otra virtud es la puesta en escena, que expone la belleza y la fuerza que contienen algunos rincones de la Oculta. Bouzas reconoce en ese sentido que fueron “amarretes”: “Elegimos qué mostrar, en la configuración de los planos. Tratamos de darle mucha pelota a que la película sea linda de ver, no creo que tuviésemos que hacer lo contrario por estar filmado en una villa. Asimismo, tampoco estamos diciendo: qué bueno es vivir acá”.

Una de las escenas de Jonás a punto de cruzar al mundo de los muertos en

Una de las escenas de Jonás a punto de cruzar al mundo de los muertos en «Ciudad Oculta». (Foto: Prensa Ciudad Oculta»

Y agrega: “No tenía intenciones de mostrar el lugar, lo que me interesan son los personajes. Por eso, aparece también la idea de lo fantástico, que toma un poco el terror bonaerense y la crítica social que tiene la obra de Mariana Enríquez. Nos quisimos correr de la cámara testimonial, y el hecho de que maten a pibes en los barrios, de por sí, es aterrador”.

Como parte de la asociación Cultura Oculta, Bouzas participa de otros proyectos en la villa. “Nos dieron la propiedad de un terrero para hacer un centro cultural y estamos registrando todo lo que hacemos. La idea es hacer un documental sobre el proceso, pero el proyecto más importante en sí es el centro cultural”, expone.

El director viene haciendo hace más de una década un seguimiento de un grupo de chicos con los que creó un vínculo afectivo y creativo. Ya pasó más de una década desde que mostró cómo Los locos no se ocultan se preparaban para dar su primer espectáculo hasta sus recientes viajes para presentar Ciudad Oculta, pero los bombos cada vez suenan más fuerte. Todavía hay mucho que contar y transformar, así que la murga no vislumbra la retirada.

Más Noticias